Ganoderma contra el Cáncer de Pulmón: Beneficios Naturales

Proteína del Ganoderma que Ayuda a Destruir Células Cancerosas

Durante años, los tratamientos enfocados en inducir la apoptosis —es decir, la muerte programada de las células cancerosas— han sido considerados una de las estrategias más importantes en el desarrollo de fármacos antineoplásicos. Sin embargo, las células malignas cuentan con diversos mecanismos que les permiten evadir este proceso natural, dificultando así su eliminación.

Recientemente, científicos de la Universidad Nacional de Taiwán identificaron en el Ganoderma lucidum una proteína llamada GMI, capaz de provocar autofagia (autodestrucción interna) en células del adenocarcinoma y del carcinoma epidermoide de pulmón (líneas celulares A549 y CaLu-1). Esta proteína actúa mediante una vía dependiente del calcio, promoviendo la destrucción selectiva de células cancerosas. Los investigadores concluyen que la GMI representa un avance prometedor y abre una nueva vía complementaria en la lucha contra el cáncer de pulmón.

Estudios recientes reafirman la eficacia del Ganoderma lucidum contra el cáncer de pulmón y continúan revelando sus diversos mecanismos de acción.

Desde hace tiempo se conoce que la proteína LZ-8, aislada del Ganoderma lucidum, posee notables propiedades inmunomoduladoras y antitumorales. En su forma recombinada (rLZ-8), se ha demostrado in vitro que inhibe el crecimiento de las líneas celulares del adenocarcinoma de pulmón A549, deteniendo su avance en la fase G1 del ciclo celular. Esta inhibición resulta aún más significativa cuando las células presentan la mutación p53 y una sobreexpresión del oncogén MDM2.

De igual manera, se ha comprobado que el ácido ganodérico purificado, otro derivado del Ganoderma lucidum, reduce el poder invasor y la capacidad metastásica de las agresivas células tumorales de pulmón 95-D.
El efecto apoptótico (de destrucción celular controlada) sobre las células cancerosas se atribuye principalmente a los triterpenos presentes en el Ganoderma lucidum, un hallazgo que diversos estudios siguen confirmando de forma consistente.

El Ganoderma tsugae —una especie cultivada con composición y propiedades muy similares al Ganoderma lucidum— ha demostrado inducir la apoptosis (muerte celular programada) y detener el crecimiento de las células de adenocarcinoma de pulmón resistentes a la doxorrubicina, al provocar su bloqueo en la fase S del ciclo celular.

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